Nicolás Bugeda Adrián comienza la actividad en una farmacia situada en la Calle Quart de Valencia.
Registra esta actividad industrial en la administración de Sanidad y de Industria, elevando así la producción y distribución de especialidades farmacéuticas y cosméticas ideadas desde la misma farmacia.

José Bugeda Abril, licenciado en farmacia con 22 años, continua con el negocio de su padre pero la farmacia empieza a quedarse pequeña. Traslada el laboratorio a un bajo en Taquígrafo Martí de Valencia ampliando con un extenso catálogo de especialidades farmacéuticas, de las que destacaban las pomadas, ungüentos, supositorios, etc. Acaba de nacer Laboratorios Rida

Llega uno de los productos más representativos, Bálsamo ZImbo. Se disparan las ventas y necesitan más espacio para toda una plantilla que sigue creciendo pues todavía las máquinas no conocían el mecanizado.

Laboratorios Rida pasa de padre a hijo, quedando al frente Antonio Bugeda Cabrera quien empieza combinando el laboratorio con su otra pasión, la cooperación internacional.

El laboratorio aumenta su catálogo y ámbito de servicio al incorporar la fabricación y distribución de las marcas TG y PB, adquiridas a José Granero S.L. de Madrid. Además incorpora la distribución de los productos de la marca Abéñula de los Laboratorios Nicolich de Málaga.

En la actualidad Laboratorios Rida trata de desarrollarse como una empresa con carácter tradicional  y a la vez innovador, ofreciendo productos cosméticos naturales de calidad y seguridad, adaptándose a las regulaciones sanitarias actuales. Y todo acompañado de un dedicado servicio al cliente y  el necesario compromiso social y medioambiental.